Residencia Oficial de los Pinos, 31 de mayo de 2002.

Mensaje del doctor Julio Frenk Mora, Secretario de Salud, durante celebración del Día Mundial sin Tabaco y la 29 Reunión Ordinaria del Consejo Nacional contra las Adicciones.

Cuando un país debe enfrentar a un enemigo capaz de provocar cinco muertes en su población cada hora, nadie puede negar que nos encontramos ante un asunto de importancia vital para su futuro. Esa es la magnitud del daño que el tabaquismo provoca actualmente en México.

En estos primeros 18 meses, los compromisos del gobierno del Presidente Vicente Fox en la lucha contra la adicción al tabaco se han traducido en acciones concretas. El día de hoy, que por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud se ha designado como el Día Mundial sin Tabaco, venimos a informar sobre los principales resultados de estas acciones.

Si no actuamos con energía y continuaran las tendencias actuales, entre hoy y el año 2010 se habrían acumulado en nuestro país medio millón de muertes vinculadas al consumo de tabaco, cifra que para ponerle perspectiva equivaldría a que desapareciera toda la población de Baja California Sur. Este sería el costo humano de la inacción.

Hay también serias consecuencias económicas, cada año nuestro sistema de salud destina entre seis y 12 por ciento de su gasto para la atención médica de afecciones asociadas con el tabaquismo, lo que representa un monto de 29 mil millones de pesos, es decir, medio punto del Producto Interno Bruto.

Por cierto, este es exactamente el monto del déficit que de cubrirse ubicaría a México en el promedio Latinoamericano de inversión en salud.

Para el Sistema Nacional de Salud el control del tabaquismo es un asunto de supervivencia. Simplemente no habrá recursos financieros que alcancen para atender los complejos y costosos problemas crónicos derivados de la adicción al tabaco.

La lucha contra el tabaquismo debe ser una tarea común en la que están llamados a participar todos lo sectores de la población. Para que este esfuerzo brinde los mejores resultados, se requiere orientarlo a partir de la construcción de consensos entre todos los actores involucrados.

Por ello, a través del Consejo Nacional contra las Adicciones (CONADIC) se han realizado acciones muy intensas de coordinación con diversas dependencias y entidades de los tres órdenes de gobierno; con organizaciones de la sociedad civil; con instituciones académicas, y con las distintas ramas del sector privado involucradas en la industria del tabaco.

En éste, como en otros ámbitos de las políticas públicas impulsadas por el gobierno del Presidente Vicente Fox, avanzamos sin renunciar al ejercicio legítimo de la autoridad, sobre la base de la negociación y no de la confrontación, del bien común y no de los intereses de grupo, de la solución consensuada y no de la imposición autoritaria.

De ahí la importancia de las medidas de política fiscal saludable adoptadas por el Honorable Congreso de la Unión, en su última sesión de diciembre el año pasado. La histórica decisión de elevar los impuestos al tabaco se traducirá en beneficios muy concretos.

En efecto, a partir de los métodos desarrollados por la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial, los expertos nacionales estiman que el incremento en los impuestos al tabaco, que aprobó el Congreso, permitirá que cada año cuatro millones de fumadores abandonen o no se inicien en este hábito y que cerca de medio millón de niños dejen de estar expuestos involuntariamente al humo del tabaco.

Dejar de fumar redunda en beneficios inmediatos para la salud, como es una reducción de 300 por ciento en el riesgo de sufrir un infarto cardíaco y de 200 por ciento de desarrollar enfermedades cerebrovasculares. Además, 95 por ciento de las personas entre 15 y 29 años de edad que dejen de fumar evitarán la muerte relacionada con el tabaquismo y, en promedio, agregarán ocho años a su esperanza de vida

De esta manera, gracias exclusivamente a las medidas fiscales adoptadas para 2010 se habrán evitado en forma acumulada cerca de 17 mil muertes relacionadas con el tabaquismo.

Quiero hacer un público reconocimiento a las y a los legisladores por haber tomado esta decisión histórica.

Una política integral contra el tabaquismo debe influir también sobre la información y la desinformación que llega al público. El mismo análisis nacional revela que la eliminación de la publicidad, la difusión de información sobre los daños a la salud producidos por el tabaco, el uso de etiquetas de advertencia en las cajetillas y las restricciones para fumar en áreas públicas, pueden reducir hasta en 10 por ciento el número de fumadores.

Por ello, deseo informarle, señor Presidente, que hemos llegado a importantes acuerdos con los representantes de la industria tabacalera. Nuestra posición es simple. Lo que exigimos a esta industria, que hoy está dominada por empresas multinacionales, es que adopte en México la misma conducta que en los países donde se ubican sus casas matrices. Nuestra motivación también es simple. No podemos aceptar que la vida de los mexicanos valga menos que las de los ciudadanos estadounidenses o británicos.

Así, hemos acordado con la industria una medida trascendental que nos pondrá al día en relación con las naciones más avanzadas. A partir del primero de enero de 2003, se eliminará toda la publicidad de tabaco en radio y televisión.

Hago un público reconocimiento a los medios electrónicos de comunicación por su solidaridad con esta medida.

Además, de acuerdo con las reformas a la Ley General de Salud aprobadas por la Cámara de Diputados, la publicidad exterior ubicada en un radio de 300 metros de las escuelas de nivel básico y medio superior, no podrán exhibir productos de tabaco. Esperamos que esta iniciativa sea aprobada próximamente por la Cámara de Senadores a fin de iniciar su aplicación a la brevedad.

Hemos acordado también con la industria que a partir del primero de junio de 2003, la leyenda precautoria en las cajetillas ya no se limitará, como hoy, al estrecho espacio en el costado de la cajetilla, sino que además ocupará 25 por ciento de la portada trasera. Más aún, a partir de 2004, se incluirá un inserto con orientación al fumador sobre programas de tratamiento.

También hemos llegado a un importante acuerdo con los representantes de las principales asociaciones de farmacias del país para que, a partir de junio de 2003, 70 por ciento de ellas dejen de vender cigarrillos, extendiendo esta medida a todas las farmacias del país a partir de junio de 2005.

Por otro lado, el CONADIC está promoviendo en todo el país la instalación de nuevas clínicas para dejar de fumar. Al inicio del gobierno del Presidente Vicente Fox existían 36 clínicas. Hoy, gracias al esfuerzo coordinado de las instituciones del sistema de salud, están operando 136 en todo el país, 100 más que al empezar.

Además, los Centros de Integración Juvenil han incorporado la atención del tabaquismo en sus programas y cuentan ahora con 20 clínicas para dejar de fumar. Están en proceso de instalación 30 clínicas más.

Avanzamos también en el proceso de lograr espacios libres de humo, empezando con los edificios públicos. Quiero aquí hacer un reconocimiento particularmente a la Secretaría de la Defensa Nacional y a la Secretaría de Marina que han logrado ya que sus sedes sean espacios libres de fumar y que ponen el ejemplo para todas las instituciones del Poder Ejecutivo Federal.

También, con la Secretaría de Turismo empezaremos en breve un programa de certificación de restaurantes y de hoteles que acatan las disposiciones sobre la necesidad de dejar espacios libres de humo en esas instalaciones.

Finalmente, atendiendo a las graves implicaciones del tabaquismo para la salud, para todas las sociedades, la Organización Mundial de la Salud ha convocado a la comunidad internacional a participar en la negociación de un instrumento de alcance global para enfrentar este problema.

Nuestro país ha brindado un apoyo decisivo para que la Asamblea Mundial de la Salud adopte en su próxima reunión de 2003 el Convenio Marco para el Control del Tabaco.

De este modo, contaremos por primera vez con un documento normativo de alcance mundial, cuyo propósito es impulsar acciones para reducir el consumo de tabaco, proteger a los no fumadores de la exposición involuntaria al humo y promover la cooperación internacional para hacer más efectiva la campaña antitabáquica.

En la lucha contra el tabaquismo se reconoce una vez más a la salud como un valor universal. En la salud encontramos un objetivo común, una causa compartida y una fuerza capaz de mover las voluntades de individuos y grupos hacia un fin que trasciende sus propios intereses.

Por ello, sabemos que a través del diálogo encontraremos los mejores caminos para combatir juntos, sociedad, gobierno, representantes populares e industria al tabaquismo. Es así como enfrentaremos esta seria amenaza para construir el país productivo, justo y equitativo que todos anhelamos. Es así como forjaremos la nación vigorosa que hemos de legar a las próximas generaciones.

Muchas gracias por su atención.

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