León, Guanajuato , 20 de marzo de 2003. |
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Mensaje del doctor Julio Frenk Mora, Secretario de Salud, en la inauguración del 15° Congreso Nacional de la Federación Mexicana de Diabetes. |
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Me complace mucho acompañarles, con la honrosa representación del presidente de la República, licenciado Vicente Fox Quesada, en la inauguración de este 15° Congreso Nacional de la Federación Mexicana de Diabetes. La diabetes mellitus es actualmente una de las enfermedades crónicas no transmisibles más comunes en las sociedades contemporáneas, una de las cinco primeras causas de muerte en la mayoría de los países desarrollados y epidemia en muchas naciones en desarrollo o recientemente industrializadas. La diabetes mellitus constituye uno de los mayores retos de la salud pública del siglo XXI. Su predominancia continúa en ascenso en el mundo como resultado de una serie de factores, entre los que sobresalen la mayor longevidad de la población, el progresivo incremento de la obesidad y el sedentarismo. En 1985 la OMS estimó la existencia de 30 millones de personas con diabetes. Diez años después el número alcanzó los 135 millones. Actualmente existen más de 150 millones de diabéticos en el mundo y es probable que en el año 2025 se llegue a 300 millones. La diabetes es un verdadero desafío global. Demanda tratamientos costosos que se administran de por vida. Además, en la mayoría de los casos inicia silenciosamente, de tal forma que cuando el paciente presenta síntomas, en muchas ocasiones ya existe cierto grado de daño en algún órgano blanco. Sus complicaciones son una de las causas principales de discapacidad y el tratamiento de sus secuelas hace insuficientes los sistemas de seguridad social. En México los costos indirectos y directos de la enfermedad son de 330 y 100 millones de dólares anuales. Un niño de 7 años que desarrolle diabetes deberá afrontar un costo acumulado de 52 mil dólares a valor presente hasta los 40 años como consecuencia de la enfermedad. La presencia de complicaciones microvasculares y macrovasculares, incrementa el costo del tratamiento de los pacientes en más de 3 y media veces. La mayor parte de los costos asociados a la atención de pacientes diabéticos corresponden a los gastos por hospitalización, que representan entre 30 y 65% del total. Por tratarse de un padecimiento incurable, los diabéticos deben recibir tratamiento durante toda su vida. Esto determina que una gran parte de ellos, con el transcurso del tiempo, manifieste una baja adherencia al tratamiento, lo que conduce a un deficiente control metabólico de la enfermedad y a la consecuente aparición de complicaciones. Sólo una pequeña fracción de los afectados acude regularmente a los servicios de salud y de éstos entre 25 y 40% tienen un control metabólico de la enfermedad. En México la mortalidad por diabetes ha mostrado un incremento sostenido durante las últimas décadas. Actualmente 49,855 personas mueren al año en nuestro país por esta causa. Es decir, cada hora mueren en México cinco personas por diabetes. La información generada a través de la Encuesta Nacional de Salud, ofrece datos confiables sobre la transición epidemiológica de la diabetes y otras enfermedades crónicas no transmisibles, además, alerta sobre la urgente necesidad de crear estrategias propias, nuevos paradigmas y alianzas para confrontar este problema de salud publica. La prevalencia de diabetes mellitus en la población de 20 a 69 años de edad en México es de 10.7% y está directamente relacionada con la edad. En la población mayor de 50 años de edad, la prevalencia supera 20%. De todos los pacientes que cumplieron los criterios para ser diagnosticados como diabéticos, 65.9% tenía diagnóstico médico previo y el resto lo ignoraba. La influencia en la prevalencia de diabetes e hipertensión arterial es bidireccional. La prevalencia de hipertensión en la población diabética es de 54.5% en tanto que en la población no diabética es de 27.8%. Así, el ser diabético se traduce en un riesgo de ser hipertenso 3 mayor. Es necesario realizar un manejo integral del paciente diabético, en el que debemos considerar además de reducir las cifras de glucemia abordar los problemas de obesidad e hipertensión asociados. Con el propósito de enfrentar este grave problema, la Secretaría de Salud implementó, dentro del Programa Nacional de Salud 2001-2006, los Programas de Acción de Diabetes y Enfermedades Cardiovasculares e Hipertensión Arterial. Los primeros resultados de estos programas son alentadores: Con el concurso de expertos nacionales se elaboraron las Normas Oficiales Mexicanas para la prevención, tratamiento y control de la diabetes mellitus y la hipertensión arterial. La suma de esfuerzos con organizaciones no gubernamentales, y la industria farmacéutica, ha permitido que en 2002 se ampliara la detección de diabetes a 15 millones, 30% más que en el 2000. Esperamos que al final de la administración se alcancen más de 20 millones de detecciones. En 1997 existían solo 284 clubes de ayuda mutua con alrededor de 15,736 integrantes. A la fecha se cuenta con más 6,500 clubes formados con 135,000 integrantes. Se espera que haya 10 mil de ellos en el 2006. La prevención de la diabetes puede lograrse mediante la aplicación de dos estrategias complementarias. La primera corresponde al enfoque poblacional. En este caso las intervenciones no farmacológicas están dirigidas a la población general con el objeto de lograr descensos en la distribución general de los niveles de la glucosa en ayunas. Incluso un pequeño descenso en los niveles de glucosa de la población tiene el potencial de producir no solo una reducción sustancial en la prevalencia de la diabetes, sino un sorprendente descenso en el riesgo cardiovascular. La segunda estrategia está dirigida a los grupos de algo riesgo de desarrollar diabetes, que incluye a los individuos con intolerancia a la glucosa, los que tienen historia familiar de diabetes, aquellos que tienen sospecha de síndrome metabólico, entre los que están los individuos con obesidad, dislipidemias, hipertensión arterial y aquellos con marcadores tempranos de Síndrome Metabólico. La educación de la población es el componente fundamental de una campaña de prevención primaria. Para tal propósito, la intervención de fuentes alternas de financiamiento es de vital apoyo como el Patrimonio de la Beneficencia Pública que apoyará la formación de educadores en diabetes en cuatro estados de la republica: Nuevo León, Jalisco, Guanajuato y San Luis Potosí, para impulsar el Programa de Acción de Diabetes en los ámbitos estatal y nacional. Uno de los problemas más importantes es no contar regularmente con los medicamentes que controlan los niveles de glucosa en la sangre a las personas con diabetes, los cuales no siempre están disponibles en nuestras unidades médicas y por su costo no pueden ser adquiridos por la población, lo que aunado a los inadecuados estilos de vida de esta población favorece la presencia de complicaciones y merma la calidad de vida de los pacientes. Por ello, la Secretaría de Salud fortalecerá a partir de este año las acciones de diagnóstico, tratamiento y control, a través de dos estrategias concretas. La primera es la universalización del diagnóstico. La segunda, una vez obtenido el diagnóstico universal de la diabetes en México y ante los altos costos sociales y económicos que representa para el individuo, la familia y la sociedad, el gobierno de la República se plantea asegurar la cobertura universal del tratamiento farmacológico a todas las mexicanas y mexicanos con diabetes. Lo haremos de manera gradual, cubriendo en una primera etapa alrededor de 800,000 niños, adolescentes y mujeres embarazadas que requieren de insulina para vivir o para lograr que su embarazo llegue a buen termino. En una segunda etapa cubriremos a los adultos mayores y esperamos al final de esta administración, que todas las personas con diabetes cuenten con los medicamentos necesarios para controlar su enfermedad y mejorar su calidad de vida. Señoras y señores: El proyecto de sistema de salud que estamos comprometidos a lograr tiene en las enfermedades como la diabetes, el desafío de abatirlas y controlarlas para evitar que impidan el sano desarrollo del país. Como lo ha reiterado el presidente Vicente Fox, la salud es componente básico del futuro que estamos construyendo para nuestros hijos, porque una sociedad saludable favorece el desarrollo sano, equilibrado y justo. Vamos a seguir trabajando concertadamente con toda la sociedad. Su participación es fundamental en la solución de los problemas de salud. Los exhorto a continuar con el mismo entusiasmo en la lucha contra la diabetes. Muchas gracias. *
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