V. ¿Cuál es el tratamiento médico que debe seguir el paciente con Enfermedad de Parkinson?

CRITERIOS FUNDAMENTALES EN EL TRATAMIENTO


a. Tratar los signos y síntomas en la enfermedad
b. Evitar los efectos adversos del tratamiento
c. Limitar el avance de la enfermedad
d. Hacer que prevalezca el bienestar del paciente
e. Individualizar el manejo farmacológico (con medicamentos)
f. Considerar el estado mental y afectivo
g. Preservar las actividades cotidianas
h. Evitar en lo posible, la dependencia física

Inicialmente deberá identificarse el estadío clínico en que se encuentra el paciente, para lo cual el empleo de la escala de Hoehn y Yahr facilita la tarea y permite distinguir las etapas de la enfermedad en forma simultánea al identificar: etapa inicial, enfermedad instalada o etapa final o grave.

Etapa inicial

Generalmente los pacientes presentan síntomas y signos que corresponden a los estadíos clínicos I y II del Hoehn y Yahr donde el paciente lleva una vida prácticamente normal. Es importante que el paciente continúe sus labores cotidianas o profesionales y realice actividades físicas tales como caminatas -que resulta ideal para todos los pacientes-; natación y actividades que aumenten la habilidad manual o la conserven, como la jardinería o cualquier otra actividad que permita mantener la coordinación de los miembros superiores.

Enfermedad instalada

Corresponde a los estadíos clínicos III y IV de Hoehn y Yahr, con evidente alteración motora a pesar del manejo médico adecuado, con trastorno de las actividades profesionales y cotidianas. En esta etapa, el objetivo es evitar la dependencia, manteniendo autonomía funcional, familiar y social. Es importante el apoyo que el médico le brinde, no solo terapéutico, sino también psicológico y afectivo, apoyado en un conocimiento sólido de la enfermedad y su manejo, debe explicarse al paciente el carácter crónico de la enfermedad y planear actividades que ayuden a sobrellevar la enfermedad.

La rehabilitación continua con un terapeuta físico puede ser de gran ayuda, con ejercicios que disminuyan la rigidez y mejoren la coordinación motora, la estabilidad postural y mantengan la fuerza muscular, la corrección de la marcha e incluyan rutinas de equilibrio.


Enfermedad avanzada

Se considera estadío V de Hoehn y Yahr a la declinación total de la eficacia del tratamiento médico, el paciente sufre una invalidez total con pérdida de la autonomía para casi todos los actos de la vida cotidiana, se considera etapa grave y la persona pasa la mayor parte del tiempo en cama o silla de ruedas. En esta fase el mantenimiento ortopédico es primordial, así como evitar las úlceras de presión por medio de movilizaciones pasivas y trabajo activo, aparatos de verticalización, técnicas de enderezamiento e instalación funcional en cama y sillón.

Manejo Médico

El manejo médico de la EP está basado en la necesidades individuales del paciente de acuerdo a la etapa de evolución de la enfermedad. Además, las circunstancias sociales, las condiciones emocionales y su situación laboral o funcional juegan un papel importante en la elección del tratamiento.

Las primeras drogas utilizadas fueron los anticolinérgicos como Amantadina, Biperiden, Trihexifenidilo, y aún hoy en día son empleados. En etapas iniciales pueden ser eficaces para controlar el temblor y la rigidez cuando la incapacidad sea de mínima a moderada. Los efectos indeseables que provocan son sequedad de boca, constipación, retención urinaria y confusión, por lo que la dosificación debe ser adecuada. Los agonistas dopaminérgicos se utilizan en estas etapas de la enfermedad aunque también se pueden agregar con Levodopa. La Selegiline y la vitamina E, se han propuesto para detener el proceso degenerativo de la EP. La Levodopa, que se ha venido empleando desde 1968, es un medicamento que reemplaza a la dopamina, en las neuronas de la sustancia nigra; ésta es un neurotransmisor producido por dichas células que en la EP sufren una desaparición prematura. Al ser metabolizada la Levodopa se convierte en dopamina en el cerebro.

Las preparaciones de levodopa empleadas son Levodopa-Carbidopa (Sinemet) y Levodopa-Bencerazida (Madopar). Usualmente, la Levodopa está reservada para pacientes cuya incapacidad o severidad de la sintomatología les cause dificultades laborales, funcionales, sociales, emocionales o económicas en su vida. Actualmente se sabe que la Levodopa no evita la progresión de la enfermedad y que una excesiva dosificación, al cabo de los años, puede agotar su respuesta o inducir efectos severos como movimientos anormales (discinesias) o distonía de las extremidades (puede presentar una torsión de pie o de alguno de los miembros), así que la sola presencia del temblor no debe ser justificación para utilizarla en forma temprana. Sin embargo, cuando su empleo se hace necesario, la dosificación es importante, tal como seguir el horario prescrito, ya que su efecto promedio va de 4 a 5 horas. La ingesta de proteínas puede interferir con su absorción, por lo que se recomienda tomarla con agua, jugos, incluirse con refresco, nunca con leche, con un tiempo mínimo 1 hora o 30 minutos antes de los alimentos.

Los efectos indeseables de la levodopa han obligado a emplear otras sustancias que potencian o ayudan la acción de la levodopa, llamados agonistas dopaminérgicos, como la Bromocriptina, Pergolide y otras sustancias como la Selegiline, que pueden ser empleadas desde el inicio de la enfermedad, y a medida que la enfermedad progresa se utilizan conjuntamente con la levodopa a fin de utilizar dosis menores y evitar en lo posible, las complicaciones de la levodopa.

Debido a la depresión que pueden presentar los pacientes, se hace necesario el empleo de antidepresivos; si bien, la alteración del estado de ánimo puede ser consecuencia de la incapacidad funcional, la enfermedad misma produce alteración de ciertas sustancias que influyen en la presentación de estados depresivos, los cuales deben ser detectados a tiempo para evitar un deterioro temprano en las funciones mentales.

Problemas asociados al medicamento

Los anticolinérgicos producen como efectos secundarios más frecuentes, resequedad en la boca, estreñimiento y visión borrosa. También se ha descrito que estos fármacos pueden interferir en la memoria. Los agonistas dopaminérgicos pueden producir, como los demás antiparkinsonianos, trastornos mentales. No obstante, la levodopa es el fármaco que provoca cambios evolutivos motores en relación con su uso. La respuesta inicial a la levodopa, en general es muy satisfactoria, pero puede declinar con el tiempo. A los tres años de tratamiento responden adecuadamente menos del 60% de los pacientes, y a los 6 años, menos del 40%.

Muchos pacientes presentan efectos secundarios al uso de este medicamento, que pueden ser:

a) movimientos involuntarios, b) fluctuaciones de la capacidad de moverse y c) trastornos mentales. Los efectos indeseables de la levodopa que pueden presentarse al inicio del tratamiento son: náuseas, vómito, falta de apetito. Algunos pacientes raramente pueden presentar alucinaciones o estado confusional, trastornos del sueño y baja de presión (hipotensión postural); una vez adaptado el paciente, estos efectos pasan. Se considera que una buena respuesta con levodopa dura por lo menos 5 años, al cabo de los cuales su efectividad puede disminuir o se inician movimientos anormales, así como la presencia de fluctuaciones, fenómeno conocido como períodos "ON"-"OFF" (encendido -apagado).

Estos períodos "ON"-"OFF", afectan aproximadamente al 10% de los pacientes con uso crónico de Levodopa y a dosis altas, se manifiestan como impredecibles, períodos de movilidad, seguidos de inmovilidad súbita, y puede ocurrir de 1 a 2 horas después de haber tomado la levodopa.

a. Movimientos involuntarios o discinesias. Incluyen movimientos de cabeza, boca, tronco, manos o piernas que a veces son dolorosos. Las discinesias, en general, tienen relación con la dosis y el tiempo que lleva el tratamiento con levodopa. Este problema puede mejorar reduciendo la dosis de levodopa o agonista, pero con la probabilidad de empeorar los síntomas.
b. Fluctuaciones encendido-apagado. Este fenómeno, se parece a lo que sucede cuando apagamos o encendemos la luz. Los pacientes que lo padecen, pueden cambiar su estado de gran inmovilidad a estar completamente móviles en cuestión de minutos.
c. Trastornos mentales. En relación con el tratamiento de la enfermedad de Parkinson estos son un problema frecuente y de difícil solución. Este tipo de problemas suelen aparecer con más frecuencia en el paciente de edad avanzada. En muchas ocasiones, el paciente empieza a manifestar los trastornos mentales en forma de inquietud, nerviosismo o insomnio. Posteriormente, suelen aparecer conductas agresivas, paranoicas, y/o de desinhibición sexual. Este tipo de trastornos pueden mejorar con un tratamiento adecuado.


Otras medidas terapéuticas

Aunque se han realizado centenares de transplantes desde hace muchos años en pacientes con EP, tanto en Estados Unidos, México y en otras partes del mundo, aún persisten controversias sobre de la eficacia de este tratamiento. En la actualidad, existen varios tipos de intervención quirúrgica en la Enfermedad de Parkinson: cirugía ablativa (palidotomía y talamotomía), transplante de tejido fetal y cirugía funcional. Cada técnica quirúrgica tiene sus propias indicaciones y podría decirse que la cirugía debe plantearse en función del tratamiento médico, complicaciones y problemas determinados: movimientos involuntarios o posturas anormales y espasmos musculares.

En cualquier caso, corresponde a su neurólogo, y en último término al equipo que vaya a realizar la intervención, dictaminar la conveniencia de la cirugía y el tiempo de la misma.