Los cambios que se están dando en los ámbitos
comercial y económico del país, así como la necesidad de contribuir
al mejoramiento de las condiciones de vida de la población, han
demandado la adecuación del sistema de control sanitario de bienes y
servicios, para efectivamente minimizar los riesgos para la salud en
el manejo, uso y consumo de los productos, y propiciar una cultura de
calidad tanto en empresarios y consumidores, como en el personal
encargado de verificar la calidad sanitaria de los bienes y servicios.
En este nuevo enfoque es de indudable importancia
la participación activa e informada del empresario y su personal para
aplicar, en su quehacer cotidiano, técnicas y métodos efectivos que
propicien el adecuado manejo de los productos. Por ello, la Secretaría
de Salud publicó y distribuyó el "Manual de Buenas Prácticas
de Higiene y Sanidad", a través del cual se proporciona
orientación para, por un lado, que los administradores y trabajadores
del establecimiento lo autoevaluen e identifiquen fallas, además de
que tengan la posibilidad de corregirlas y, por otro como un avance en
el proceso de eliminación de las prácticas discrecionales, que
tradicionalmente se llevan a cabo en las verificaciones,
imposibilitando a los productores, distribuidores, comercializadores y
aun a los verificadores, conocer los requisitos necesarios e
indispensables para llevar a cabo los procesos productivos de manera
higiénica y segura. De esta manera se propicia que el personal
verificador cuente con una guía que le permita hacer un seguimiento
de la evolución de las condiciones sanitarias del inmueble.
Por su parte la autoridad sanitaria, a través de
las verificaciones, identifica aquellos aspectos de la operación de
los establecimientos o de la calidad de los productos, que no cumplen
con lo estipulado en la Ley General de Salud, en el Reglamento de la
Ley General de Salud en materia de control sanitario de control
sanitario de actividades, establecimientos, productos y servicios, y
en las normas oficiales mexicanas. Además orienta al propietario y al
personal de los establecimientos para la corrección de hábitos
sanitarios inadecuados que existan en su operación.
Asimismo, considera que si se realiza continuamente
la autoverificación del establecimiento, el propio empresario podrá
determinar en forma general si su operación funciona adecuadamente,
lo que le permitirá corregir defectos y evitar que una verificación
realizada por la autoridad sanitaria competente, lo sorprenda en
aspectos que se hubieran descuidado.
Por ello, la Secretaría de Salud elaboró esta
"Guía para la Autoverificación de las Buenas Prácticas de
Higiene en su Establecimiento", en un afán de hacer llegar a los
usuarios de la regulación sanitaria, los instrumentos que le permitan
ofrecer a la población mexicana, bienes y servicios con calidad
sanitaria.
julio, 1993
DRA. MERCEDES JUAN
SUBSECRETARIA DE REGULACION
Y FOMENTO SANITARIO